Los espacios seguros son vitales para tener las condiciones para poder crear un cambio de mentalidad. Se pueden crear en sesiones individuales, sesiones de pareja y sesiones grupales.

En años pasados los temas que trataba en cada sesión variaban mucho pero en los últimos meses he notado que el tema que más aparece en las sesiones, ya sea laborales, personales o familiares, es el miedo y el dolor con sus consecuencias en el comportamiento y el sistema nervioso individual y colectivo.

Las guerras, las catástrofes climáticas, lo temas políticos y sus impactos económicos son situaciones que estamos experimentando como humanidad y nos afectan de forma personal y colectiva.

La metodología que uso está basada en Neurociencias Relacionales de Sarah Payton y adaptaciones culturales y consideraciones neurodivergentes.

En mi experiencia tiene un mayor impacto cuando se trabaja en grupo porque sin un espacio que nutra al individuo es mucho más fácil que se vuelva a caer en patrones de sobrevivencia en lugar de fortalecer hábitos de conexión. En grupo se puede:

• Reconocer en lo que otro comparte lo mismo que uno esta experimentando da una sensación del alivio al validarlo como una experiencia compartida.
• Compartir el espacio de empatía al resonar con otros cuando se nombran emociones nutre nuestras necesidades relacionales.
• Dar claridad de la experiencia al identificar las necesidades que nosotros también experimentamos nos da esperanza colectiva.
• Aprender de la diversidad de estrategias para lograr cubrir nuestras necesidades nos amplía el panorama.

Lograr un cambio en nuestras relaciones es un proceso que podemos vivir acompañados paso a paso.